Hoy me me siento como aplastada, como atrapada debajo de una topadora.
No me puedo despertar, aún estoy entregada a mi colchón imantado con los ojos abiertos como huevos.
Se que estoy despierta, creo darme cuenta por momentos. Escucho ruidos. Un televisor a lo lejos. Un chico que llora.
La bulla del recuerdo. Me siento destruida por la noche de anoche. Giro la cabeza y observo hacia un costado…
Todo en mi cuarto esta tirado, cientos de variados objetos que están igual que yo, desparramados por el suelo:
Cds-un forro usado-varios forros cerrados-un esmalte negro-un vibrador-dos cintos-uno simil serpiente-y otro negro-una lata vacia vacia de quilmes de medio- una botella de coca cola de litro y cuarto casi vacia-una botella de agua ser de naranja durazno demasiado sana y asquerosa a medio llenar-mi lata pastillero de alplax de 0,5-ropa ropa y ropa-tangas-collares-medias y mas, mucho mas…
Ya ni las cuento, las cosas no las cuento. Odio ordenar y no me ordeno.
Destruyo todo. La ropa casi nueva la engancho, la desgarro, como si no fuera yo, como si alguien me tironeara, pero sea quien sea termina rota o sucia al poco tiempo.
Los collares los enredo. Intento desenredarlos pero mas los enredo, y peleo con miles de bolitas y cuanto más peleo, mas enredo, y tiro de las odiosamente finas tanzas y caen las cuentas y rebotan en el piso y hacen ruido y se arma el desparramo y después las piso y las pateo. Ya no hay enredo. Y el problema ya no existe. Eso creo. Se desparramó por el suelo Y las odio, a las bolitas, y quisiera juntarlas todas pero no puedo y encuentro dos y encuentro diez y encuentro cien y no puedo rearmar el collar y me indigno y las revoleo de nuevo.
A veces me siento collar de varias vueltas condenada al eterno enredo.
También destrozo los zapatos, los nuevos, los menos nuevos, los viejos. Los tuerzo, les pelo el cuero, les limo las suelas, les parto las tapitas de los tacos, los guardo y pienso en ir al zapatero y recuperarlos para que sigan sirviendo.
Pero al zapatero nunca llego
Ya me quiero levantar. Apretar PAUSE en mi cerrebro Una parte de mi se quiere levantar pero gana la modorra del cuerpo y la aceleración de mi alma y mi cerebro.
Me duermo cada día con el equipo de música muy cerca de la mano al lado del colchón en el suelo para evitar el mas mínimo movimiento y con el primer ojo abierto lo prendo, lo enciendo y suena lo que quedó puesto, suena CORRE LOLA CORRE corre… se rompe el silencio..
I DONT´BELIEVE IN PROMISES I’DONTBELIEVE IN CHANGES… Tengo ganas de llorar, de esas ganas fuertes. De las que nadie querés que vea. De las que te avergüenzan pero te limpian y renacés mas o menos nueva. O eso crees al menos. Cierro los ojos con fuerza como si fuera la solución. Corro en sueños. Corro sin parar. Quien sabe hacia donde y porqué, pero corro sin parar y la única frase que hace eco en mi cabeza es:
CORRE-BABY-CORRE.
Ya me quiero levantar. Apretar PAUSE en mi cerrebro Una parte de mi se quiere levantar pero gana la modorra del cuerpo y la aceleración de mi alma y mi cerebro.
El papel de merca que me ennarigueté anoche me ganó otra vez. El que no tenía que ser pero que fue.
En el campeonato eterno de box que nos declaramos con mi blanco contrincante me ganó por knock out. Como hasta por ahora siempre suele ser. Ese eterno por ahora. Giro en la cama sin encontrar la postura perfecta, la más cómoda, la que me haga dormir entre sueños agradables un rato más aunque sea por una puta vez. Unos putos minutos. Unos putos segundos. Un puto lindo y pacifico sueño por una puta vez. Sueño mis sueños recurrentes de eternos precipicios sin fondo que se transforman en un insoportable imposible dejar de caer, la imposibilidad de aplastarse, reventarse. Precipicios sin fin. Sin dudas mi vida por momentos es un colchón imantado, un cuarto mugriento y desordenado, un precipicio sin fin.
CORRE BABY CORRE
Me repito en silencio otra vez. Que importa cuando parar, que importa cuando llegar si no se sabe donde. Correr correr y correr hasta evaporarse en gotas frías de transpiración caliente. Me levanto como despedida por un resorte gigante que corre como una serpiente caliente por mi columna vertebral, intento rearmarme, me observo en el espejo con esa eterna capa de polvo que me impide verme realmente como a veces creo ser. El delineador corrido y negro me hace ver como un Tío Lucas travestido. Se que no soy yo por que no quiero. Busco con la vista un toallón celeste cielo, con el que sequé mi leche y sus leches de varios revolcones sin sentido y se que tengo que ir al baño. Si o si. La ducha caliente es lo único que en más de una mañana me resucita de entre los muertos y me afloja un poco los clavos de la cruz que voy cargando.
CORRE BABY CORRE
Me abriga la esperanza de ahogarme en ese chorro de agua y volver a mi cuarto renovada como si nada hubiera pasado… resbala el agua en mi cuerpo aunque esa limpieza superficial no asegura grandes cambios. Me enjabono con la inocente esperanza de subir de nuevo a mi cuarto y descubrirme diferente en el mismo polvo del espejo al que nunca le paso un trapo. Habra que ver si me dejo seducir por las veredas o por mi viejo colchon imantado eso es el eterno desafio. Eso es lo unico cierto.
CORRE BABY CORRE
CORRE BABY CORRE
CORRE BABY CORRE
CORRE BABY CORRE
